
La propaganda japonesa durante la II Guerra Mundial
Retrocedamos al año 1941. Japón ataca territorios de Estados Unidos en el Pacífico tras la aprobación del emperador Hirohito, tomando como punto de inflexión el ataque a Pearl Harbour el 7 de diciembre de ese mismo año. De este modo, Japón se alinea con el Eje, apoyando a Alemania e Italia en una postura totalmente belicista y declarando la guerra a los Estados Unidos. Todo ello, como seguramente sepáis, terminó en la derrota japonesa por parte de los Aliados con la explosión de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, así como la entrada de las tropas soviéticas en el frente asiático, que mermó considerablemente el número de soldados japoneses en territorios chinos.
Pues bien, la II Guerra Mundial también fue un punto de inflexión para el mundo publicitario, que hasta entonces se centraba en la propaganda militar con el objetivo de elevar la moral de los soldados y la nación, así como de debilitar la de los enemigos, como veréis un poco más adelante. Durante esta época comienzan a sentarse las bases de la llamada teoría de la aguja hipodérmica o de la bala mágica, una teoría de la comunicación que, ante el efecto que tuvieron durante las guerras los mensajes propagandísticos, defendía que la comunicación de masas es un arma de manipulación que no encuentra resistencia y afecta a los receptores por igual de manera unidireccional; de este modo se transmite un mensaje tan fuerte que se “inyecta dentro de la piel de cada miembro de la sociedad” como una aguja o una bala y sin ningún tipo de intermediario.
Y ahora, sabido el contexto y un poquito de teoría de la comunicación, vamos a centrarnos en el uso de la propaganda durante la II Guerra Mundial, pero en el frente asiático. Si habéis visto películas como «Cartas desde Iwo Jima» seguramente os sonarán algunas de las cosas que vais a leer y, sino la habéis visto, os la recomiendo para entender un poquito más el pensamiento de los japoneses durante esa época. Como en toda guerra, la propaganda militar se utilizó para ensalzar a la nación japonesa por encima de los enemigos, siendo indispensable el respaldo al gobierno y al emperador en su iniciativa militar expansionista.
La propaganda japonesa tuvo una serie de características especiales que no tuvieron las de otros países, y estas provienen de su cultura. Durante la II Guerra Mundial se explotaron elementos tradicionales de la cultura japonesa: el kokutai, el hakkô ichiu y el bushido.
- Kokutai: el primero de ellos hace referencia a la identidad y estructura nacional, la cual en esta época se refiere al poder ostentado por el emperador y a la realidad de que todos los japoneses eran súbditos de este, siendo la nación japonesa superior al resto y defendiendo el ultra nacionalismo.
- Hakkô ichiu: es un eslogan político que significa «todos bajo un mismo techo» y que conlleva una gran importancia espiritual, pues proviene de las palabras de Jimmu, el primer emperador japonés que, se dice, desciende de la diosa del sol Amaterasu; ensalza por tanto la divinidad del imperio y del propósito de expansión, pues dichas palabras significaban que el imperio japonés había sido ordenado por los dioses para unificar el mundo entero.
- Bushido: en tercer lugar, el camino del guerrero, adoptado por los samurais como su modo de vida, y manipulado en esta época para significar lealtad y sacrificio, presentando a la guerra como algo purificador y la muerte como un deber hacia tu nación; así pues el suicidio (seppuku) ante el fracaso o los ataques de los kamikazes son justificados bajo las normas del bushido.
Pues bien, teniendo en cuenta los valores propios de la cultura japonesa, la propaganda de guerra se transmitió a través de diferentes medios de comunicación de masas como pueden ser el cine, la prensa o la radio mediante los dibujos animados o la literatura, la que se implantó en el sistema educativo. Del mismo modo que hiciera la Alemania nazi, el cine fue una de las herramientas más utilizadas por Japón durante este tiempo con la meta de concienciar al pueblo de la necesidad de la guerra y de presentar el contexto internacional de una manera «apropiada». La prensa justificó el ataque japonés debido al egoísmo del resto de países por gobernar el mundo y avivó el fervor marcial impulsando el anti-americanismo; también se censuraron aquellas publicaciones que no contribuían a dichos objetivos. De igual modo la radio sirvió para ello, realizándose escuchas de programas concretos en las escuelas y comunicando los mensajes del gobierno, así como impulsando ese sentimiento anti-americano a través de altavoces en las ciudades. Con respecto al entretenimiento, también fue influenciado por los mensajes militares, creando series de dibujos animados patriotas o libros que presentaban a occidente como el mal y que llegaron a los colegios, donde los militares realizaban inspecciones con frecuencia para aleccionar a los profesores que no cumplían con el deber de la nación.
http://www.youtube.com/watch?v=icVu-acHlpU
La radio tuvo un papel esencial en la propaganda militar japonesa con la llamada «Rosa de Tokio». Las radio-transmisiones japonesas se realizaban mediante radios de onda corta, sin embargo, la «Rosa de Tokio» era otro cantar, pues su propósito era minar la moral estadounidense colándose en sus filas a través de transmisiones en inglés. Una docena de ellas transmitían información local y los éxitos militares japoneses mientras la intercalaban con música occidental, todo ello con el propósito de guerra psicológica.
De este modo podríamos afirmar que los elementos principales de la propaganda japonesa durante la segunda guerra mundial eran el ensalzamiento nacional, el anti-occidentalismo y, procedente de éste, el anti-comunismo. También apelaban a otros valores como el antisemitismo, pues culpaban a los judíos del auge occidental. Todo ello englobado dentro de la «Greater East Asia Co-Prosperity Sphere», una idea vendida con el lema de «Asia para los asiáticos» que justificó también el expansionismo apelando a que los gobernantes de países como China eran títeres de occidente. De este modo, se lanzaron folletos en distintos lugares de Asia como la propia China, Filipinas, Corea o India, donde se llamaba a la conciencia asiática y a la necesidad de expulsar a los occidentales del continente, poniendo fin a las explotaciones coloniales que se aprovechaban de ellos.
Y este es un breve repaso sobre una de las épocas más nefastas de la humanidad en lo referente a su propaganda. En términos generales todas las propagandas de guerra comparten sus propósitos; lo que he querido destacar con este artículo es simplemente que, aún compartiendo los mismos objetivos, la cultura japonesa influencia su forma de comunicar incluso durante este periodo, deformándola para adaptarla a las necesidades que se creían indispensables y utilizando esa espiritualidad característica como arma.
Para acabar me gustaría mostraros una recopilación de cartelería militar japonesa que me ha llamado especialmente la atención:
Y hasta aquí hemos llegado. Si tenéis cualquier cosa que añadir os animo a escribir en los comentarios del artículo 🙂
Alberto
Escrito a las 20:54h, 09 septiembreMe ha gustado este artículo. Es un tema espinoso que hay que tratar con cierta cautela, pero me gustaría añadir un par de puntos:
1) La influencia del Bushido es enorme en la mentalidad japonesa, es la base de su cultura y su comportamiento. Sería interesante saber hasta qué punto la publicidad de este tipo es tan efectiva en un pueblo como el Japonés comparado con cualquier otro del mundo. Es como si el japonés, por su forma de ser, estuviera mucho más predispuesto, ¿realmente le hizo falta al gobierno ser tan agresivo en sus campañas como lo fueron los alemanes o los anglosajones?
2) No se hasta qué punto los movimientos políticos contrarios al dominante fue algo relevante en aquella época. ¿Necesitó el gobierno la censura en un pueblo que parece siempre tan unido en cuanto a ideales? Más raro aún con todo el fervor nacionalista de aquellos tiempos…
3) Mencionas brevemente el antisemitismo en el artículo. Es cuanto menos interesante añadir que Japón, aun a pesar de que este tipo de políticas raciales surgieron más o menos a la vez que la restauración Meiji, la facilidad que tienen para adoptar ideologías completamente extranjeras y alejadas del devenir de su cultura. Y eso se ve más que nunca en los tiempos modernos, ¿porqué esa facilidad de los japoneses de absorber lo externo? ¿Tiene algo que ver aquí la publicidad y la propaganda del modo de pensar occidental introducida en el país a lo largo de los años?
Saludos.