El doble filo de los sabores en Japón

Es habitual en Japón que cada cierto tiempo salgan productos de sabores exclusivos que acaban desapareciendo del mercado y que, mucho menos, llegan a Europa. Practicantes de esta estrategia son, por ejemplo, Coca Cola, Nissin o Nestlé, con la que consiguen acceder a un público diferente al que, de la misma forma, decepcionan una vez es retirado el producto.

Ante esto, las marcas han ido un poco más allá jugando con la situación creada a través de nuevas campañas de votación con las que se pretende mantener la atención de todos sus clientes. Estas campañas permiten seleccionar el sabor que más te ha gustado, recuperándolo temporalmente para disfrute de unos y descontento de otros que han estado atentos durante todo el periodo de votación para saber si su sabor favorito ha ganado o no.

Nissin llevó a cabo una campaña de este estilo a principios de año en la cual el sabor de ramen ganador fue el de soba con 133.144 votos de entre 73 opciones. Por otra parte hace poco que Nestlé ha lanzado otra casi igual, con 19 opciones. Al mismo tiempo, han aparecido otras campañas similares en las que, en vez de realizar votaciones en una lista, directamente dejan al consumidor crear su propio producto, como es el caso de Morinaga y su Creap Cafe, en el que a través de su sitio web se pueden mandar los nuevos productos a su cuenta de Facebook y Twitter. De esta manera las bebidas más votadas en las redes sociales se sacan a la venta en determinados locales que distribuyen su producto por todo Japón.

En definitiva, la decepción del consumidor sirve para la creación de nuevas campañas bastante fructíferas que mantienen la atención del mismo. Ya quisiera yo poder probar todos esos sabores que nunca llegan a Europa.

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