Ai Shimamine, la autora del logotipo de Tokio 2020

Hace un par de semanas desde que se dejó de hablar en España de los Juegos Olímpicos de 2020, y es que parece que ya no interesa tras la leche que se pegó nuestra candidatura (y los políticos) con su «a relaxing café con leche in Plaza Mayor». Pero bueno, la afortunada fue Tokio y, desde mi humilde opinión, creo que se lo merecía si la comparamos con Madrid. En fin, que me voy por las ramas. El motivo de esta entrada es ir un poquito más allá de las disputas por ser sede de los Juegos Olímpicos y ver quién se encuentra detrás, en concreto tras el logotipo que ha representado la candidatura de la ciudad japonesa y que será la imagen de las competiciones.

Ai Shimamine es una chica nacida en 1989 y actualmente está estudiando un postgrado de arte en la Universidad de Tokio. Esta chica, como cualquier otra estudiante, se presentó a un concurso, en este caso el de elección de logotipo para la candidatura de Tokio, durante su cuarto año de universidad y lo ganó. Cabe mencionar que se presentó mientras preparaba su proyecto de final de carrera, un concierto de viola (a la chica se le da bien el arte) y a tan solo dos semanas de finalizar el plazo, por lo que el resultado fue bastante inesperado.

El logotipo se inspira en una corona de flores de cerezo, en este caso de cinco colores. Los colores, como se ve en la imagen, son el rojo, azul y amarillo, que representan a los Juegos Olímpicos, y el púrpura que representa a Edo, la actual Tokio (cabe decir que la bandera de la prefectura tiene fondo púrpura y a este color se le llama «Edo Murasaki«). Las flores de cerezo o sakura no tienen otro motivo más que porque es la flor nacional de Japón y simbolizan el espíritu japonés. Sin embargo, según Ai, la característica más importante de este logotipo es que se trata de una ofrenda floral, pues está inspirada en las coronas funerarias que la chica vio en una película extranjera. En ella descubrió que en la corona ponía «volviendo otra vez» y quiso inspirarse en esta frase de manera que se recuperara el vigor de Japón a través del deporte en clara referencia a la catástrofe de 2011.

Ai Shimamine también ganó el concurso Hatsuko Endo en 2008, durante su primer año de universidad, en el que participaron seis escuelas de arte de Tokio. Gracias a este premio pudo diseñar un escaparate de una tienda de vestidos de novia. Por otra parte, siempre ha estado inscrita en la rama artística durante sus estudios y lo que le hizo dedicarse al diseño fue una frase de uno de sus profesores que decía que «el diseño es una respuesta, el arte es una pregunta», ya que ella quiere llegar a los corazones de las personas ofreciendo esas respuestas.

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Como veis, el logotipo de Tokio como sede de los Juegos Olímpicos 2020 no lo ha hecho ningún gran diseñador, por lo que, para mí, le suma aún más respeto a esta chica que, simplemente, ha querido probar suerte en un concurso y le ha salido mejor que bien. Ahora mismo trabaja de asesora del comité de arte de la candidatura de Tokio.

Fuente: GINZAxPeople